miércoles, 20 de junio de 2012

ARREPENTIMIENTO CONTINUO


Oh Dios de toda gracia!


Has imputado mis pecados a un sustituto,
   y has imputado su justicia a mi alma,
   vistiéndome con trajes de boda,
   cubriéndome con joyas de santidad.

Pero en mi caminar cristiano todavía me cubro de harapos;
   mis mejores oraciones están manchadas de pecado;
   mis lágrimas de penitencia son tan impuras;
   mis confesiones agravan mis pecados;
   mi recepción del Espíritu está teñida de
     egoísmo.

Necesito arrepentirme de mi arrepentimiento;
Necesito lavar mis lágrimas;
No tengo ropas limpias para cubrir mis pecados,
   ni hilos para tejer mi propia justicia;
Siempre estoy cubierto de ropas sucias,
   y por tu gracia siempre recibo el cambio de
     mis vestidos,
  porque sólo tú justificas al impío; 


Siempre me marcho al país lejano,
   y siempre vuelvo a casa como el hijo pródigo,
   siempre diciendo: Padre, perdóname,
   y tú siempre sacas para mí
     el mejor vestido. 


Déjame usarlo todas las mañanas,
   y regresar cada noche en él,
   salir a trabajar en él,
   casarme en él,
   ser herido de muerte en él,
   comparecer ante el Gran Trono Blanco en él,
   y entrar en el cielo en él, brillando como el sol.

Concédeme el no perder de vista nunca
   la gran maldad del pecado,
   tu gran justicia en mi salvación,
   la gran gloria de Cristo,
   la grandiosa belleza de la santidad,
   la maravilla de la gracia.



Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth 

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